Eran pescadores, para lo cual usaban anzuelos de espina de cactus; recolectores de mariscos (choros, almejas y chanques) y cazadores de lobos marinos; para esto último usaban unas estacas afiladas a la manera de arpones.
También en 2014, un estudio del ADN de los restos humanos de un niño de la época Clovis denominados: Anzick-one probó que estos restos están estrechamente relacionado con grupos de nativos americanos de América Central y del Sur, pero no con las migraciones posteriores de grupos de Canadá y el Ártico.
El sitio de Pucuncho produjo 260 herramientas de piedra, tales como puntas de proyectil, bifaciales y raspadores unifaciales. Además de restos de plantas, huesos en el sitio indican la caza de la vicuña, guanacos y tarucas.
Esto lleva a examinar cuales eran las armas utilizadas en Telarmachay. Evidencias de las primeras pachamancas.
Se trata de restos culturales de agricultores sedentarios, que construían habitaciones semi subterráneas de piedra y barro, practicaban un rudimentario arte textil y utilizaban mates pirograbados, con diseños zoomorfos y antropomorfos, pero desconocían la cerámica y el cultivo del maíz.
Así, los migrantes de diferentes comunidades arriban a nuestro territorio en la plenitud de sus facultades físicas y con una cultura propia del Paleolítico excellent, es decir, website económicamente cazadores y recolectores avanzados y socialmente organizados en bandas colectivas.
Al decaer la cultura chavín, pequeños señoríos que estaban en contacto se unieron y conformaron la cultura salinar.
El hombre se humaniza expresando y describiendo su mundo. Así, la palabra primitiva es el esfuerzo gutural, que busca comunicarse y que evoluciona remodelándose posteriormente un en canto armonioso y luego se codifica en el mito.
Resalta el uso de arcillas muy finas así como excelentes condiciones de cocción y acabado de superficie.
Ubicado cerca de Pucallpa, en la cuenca del río Ucayali. En 1970, Donald W. Lathrap, en el curso de sus investigaciones realizadas en torno a la laguna de Yarinacocha, encontró en Tutishcainyo muestras de cerámica asociada a cultivadores incipientes. La dividió en dos fases:
En la costa sur surge el pueblo agricultor y pescador de Paracas, cuyos bordados multicolores son algunos de los objetos de arte más preciados del antiguo for eachú.
El llamado Templo o Castillo de Chavín se convirtió en centro de peregrinación de todas las culturas andinas y dio nombre a todo un horizonte cultural (Cultura Chavín) que es bien conocido por sus representaciones artísticas de seres que mezclan atributos de jaguar, serpiente y ave en forma humanizada, comúnmente conocido como el “dios felino”.
La agricultura se hizo extensiva, construyéndose grandes irrigaciones sobre los desiertos de la costa norte y central e ingeniosos acueductos subterráneos en la costa sur.
Federico Kauffmann Doig (2002), en cambio, asigna una importancia decisiva a la presencia en la región ayacuchana, hacia el año 600 de nuestra era, de la cultura Tiahuanaco, del altiplano, cuya impronta estilística habría sido basic para el surgimiento de lo que conocemos como Huari o, de acuerdo con Kauffmann Doig, como Tiahuanaco-Huari.